El desarrollo de la sexualidad en los/as niños/as se divide en diferentes etapas, dependiendo de la edad y de las capacidades adquiridas por nuestro niño/a.

En ocasiones, durante la niñez, y con el objetivo de descubrir la propia identidad los niños/as tienden a manifestar conductas sexuales. Los papás y mamás podemos alarmarnos ante una de estas manifestaciones. No obstante, no debemos actuar así puesto que la mayoría de las veces se trata de un hecho natural y generalizado. A estas edades los peques no entienden de sexo ni de sus expresiones por lo que es importante que los adultos no nos escandalicemos. Por el contrario, debemos tomarlas con naturalidad, sin ridiculizar y sin reprender a nuestro niño/a. Lo que sí podemos hacer es conocer las diferentes expresiones que pueden aparecer en cada edad de forma que nos ayude a orientar y reconducir dónde y cómo pueden mostrar este tipo de comportamientos.

¿pero cuáles son esas etapas y por qué se caracterizan?

La sexualidad está relacionada directamente con la relación que se establezca entre los papás y mamás y los niños y niñas. Esta relación, a esta edad, es vivenciada a través de cuidados y atenciones que recibe por lo que es muy importante crear vínculos afectivos significativos en esta etapa. Todo ello le aportará seguridad y confianza para afrontar relaciones íntimas posteriores.

Se inicia el conocimiento del propio cuerpo, surgiendo la exploración y descubrimiento de los órganos sexuales para así poder identificar y establecer diferencias entre su propio cuerpo y el de los demás.

Hacia los 2 años, el niño o niña ya sabe si es “chico o chica”, logrando identificar las diferencias por la forma de vestir, el pelo, el color de su mochila (“azul para los niños y rosa de niñas”) …etc. No es hasta a partir de los 3 años, cuando empiezan a comprender las diferencias de tipo anatómico entre los sexos. No obstante, a los 3 años, el niño/a ve a su mamá o a su papá en su dimensión únicamente afectiva y no como persona del sexo femenino (es decir, entiende a su madre como madre y no que su mamá es una niña/mujer).

A partir de los 3 años identificará también a sus papás con los sexos femeninos y masculinos respectivamente.

A los 4 años los/as niños/as empiezan a sentir una gran curiosidad por descubrir las diferencias entre ellos mismos y los demás. Este hecho hará que más adelante los niños y niñas se identifiquen con el modelo social de su sexo.

Posteriormente, empiezan a aprender las pautas sociales acerca de cómo deber ser el comportamiento social entre las personas de uno u otro sexo.

A partir de los 5 años, los niños y las niñas empezarán a alejarse de forma voluntaria del otro sexo para acercarse al suyo propio. Por ejemplo, surgen pandillas “sólo de niños” para jugar a fútbol y pandillas “solo de niñas” para jugar a papás y mamás. Esta separación constituye otro paso más para lograr descubrir las diferencias entre sexos y establecer su propia identidad.