SABER CUIDARSE PARA PODER CUIDAR

SABER CUIDARSE PARA PODER CUIDAR

0

SABER CUIDARSE PARA PODER CUIDAR

No es fácil cuidar de los demás, sobre todo cuando el bienestar de esa persona/s depende de nosotros mismos. Cuidar no es una tarea fácil y puede conllevar un desgaste emocional y psicológico importante.
Qué importante es atender las necesidades de uno/a mismo/a. Saber cuidarse para poder cuidar. Tener la oportunidad de disfrutar de un cuidado de calidad, para poder ofrecer a nuestros/as hijos/as el cuidado necesario. Sin atender a culpas. Sin atender al qué dirán.
Y es que, si tú no te respetas, ¿Quién lo hará? Escúchate, mima tu cuerpo y conoce, controla y recicla tus sentimientos, emociones y pensamientos. Cuidando de ti, ya cuidas de los demás, puesto que todo lo que ganas se proyectará en los demás y en lo demás.
Del mismo momento en que vuestro peque con necesidades empieza a necesitaros, es necesario que se produzca lo que llamamos “proceso de ajuste”, necesario entre la persona/s cuidadora/s y (en este caso) nuestro hijo/a.
A veces sucede, que las mamás y papás no aceptamos que nuestros/as hijos/as van a necesitar de una ayuda extra, pero llega un momento en que las dificultades se vuelven tan evidentes que no podemos negarlo durante más tiempo.
Otras veces ocurre, que cuando por fin aceptamos lo que está ocurriendo, necesitamos más información (cómo se llama lo que le pasa a mi hijo/a, se curará…etc.). Esto no es más que una fase más del proceso.
Sin darnos a penas cuenta, los papás y mamás vamos organizando nuestro tiempo, recursos y nuestra vida en torno a la persona que necesita los cuidados. A veces, es frecuente que nos aislemos de los demás, buscando aún más si cabe ofrecer todo de nosotros a nuestro peque. Todo ello puede acarrear sentimientos negativos y de soledad que nos hacen ver la vida muy cuesta arriba. Aunque también hemos de decir, que no todos son consecuencias negativas, sino que muchas personas descubren en cuidar de los demás la forma de conocerse a sí mismo, de ponerse a prueba, de superarse día a día, y es que ya sabemos que el amor de un padre/madre por sus hijos todo lo puede,
Pero volviendo al tema que nos ocupa, cuando el cansancio empieza a dejar huella, los resultados no son inmediatos, y de tanto cuidar a los demás dejamos de cuidarnos a nosotros mismos, surgen señales que indican que algo no va del todo bien.
Y es que como decíamos al principio, para cuidar del otro/a, necesitamos primero cuidar de nosotros mismos. Pero, ¿Qué podemos hacer cuando esto ocurre?
  • Ordenar nuestro tiempo y nuestras tareas siguiendo un orden de prioridades y, sobre todo, si en ese orden hay algo que por algún motivo no conseguimos hacer, no te sientas culpable (hay cosas que no dependen solo de nosotros mismos).
  • Establece tiempos para el descanso. Permítete no estar siempre al 100 %. Somos personas, no máquinas.
  • Mantén una vida equilibrada. Cuida tu dieta y haz ejercicio. Ello te ayudará a regular tus emociones y te liberará de las sobrecargas.
  • Aprende a delegar en los demás. Como ya hemos dicho, la organización es importante y seguro que cuentas con personas a tu alrededor que pueden echarte una mano. Mantener las relaciones sociales es algo fundamental en todo este proceso.
  • Expresa tus sentimientos y emociones, ya sean positivos como negativos. Guardar todo no es sano.
No olvides estos consejos. Nuestros peques merecen todo y ello implica poder dar lo mejor de nosotros mismos. No obstante, ten en cuenta que si pones en práctica todos estos consejos y pasado un tiempo no notas cambios positivos en tu vida, quizás sea el momento de buscar ayuda profesional.
Choose your Reaction!
Leave a Comment

Your email address will not be published.